Conocí al profesor Méndez cuando yo trabajaba en el colegio R. Era un hombre de 50 años, de modales muy circunspectos y bueno en su trabajo. Daba clases de matemáticas y física y a pesar de que en esas materias los profesores suelen ser odiados, sus alumnos le tenían estima. Era muy amable con todo el mundo, pero de ese tipo de amabilidad que impone distancia, un poco como si fuera una careta si veías más detenidamente. Su carácter fue lo que hizo que nos sorprendiéramos con su suicidio y más aún por el motivo. Me tocaba dar clases de literatura e intentaba cumplir con el programa del ministerio de educación, pero de tanto en tanto les sugería a los alumnos lecturas que a mí me habían gustado, en particular cuentos, porque leer un cuento no requiere de tanta inversión de tiempo como una novela y además ahora se pueden leer en internet, sin tener que pedir a los alumnos que compren libros. Un par de alumnos me agradecieron las recomendaciones y se adentraron en los cuentos de Monte...
Relatos cortos, historias y cuentos