El agua bendita


Cuando tenía doce años encontré una botella de agua en la cocina y vi que era vieja. Mi mamá nos había enseñado que el agua vieja es mejor tirarla porque guarda bichos. Entonces salí al patio y jugando vacié la botella. Justo iba a tirar la botella cuando vi que tenía un papelito pegado que decía  Agua Bendita. Era el agua bendita de la abuela y yo la había tirado. 

Mi abuela vivía con nosotros desde que murió mi papá. Yo no recuerdo nada de él porque estaba muy chico. La abuela va todos los domingos a misa, y cuando hay ruidos en la casa tira agua bendita para espantar a los espíritus. Yo había tirado el agua bendita y ahora estaríamos en peligro.

Sin pensarlo mucho, llené de nuevo la botella con agua del chorro de la cocina. Por supuesto, no dije nada, y menos a mi hermana, que luego lo iría a contar. Dejé la botella en donde la encontré. Durante un par de semanas me sentí muy nervioso porque alguien notara que yo había tirado el agua bendita y sustituido por agua normal. Es decir, si yo no decía nada, nadie sabría, pero yo seguí sintiendo temor de ser descubierto. 

Después ya no vi la botella en la cocina. Mi abuela la había guardado en su ropero. Me olvidé de la botella.

Un par de meses después empezaron unos ruidos raros en el techo, justo encima de la cocina. Mi mamá decía que era un gato o varios gatos, que ya se irían. A mí no me gustan los gatos, decía la abuela. Los ruidos siempre eran a la hora de la cena, todos los días. Entonces mi abuela sacó el agua bendita que no era bendita y me pidió que subiera al techo y que echara un poco en el lugar donde provenía el ruido. Los gatos o lo que fuera que hiciera ruido se iba a ir. 

Al principio no quería hacerlo porque sabía que el agua no era bendita pero mi abuela me insistió y mi mamá dijo que debía hacer caso. Subí al techo, tiré un poco de agua y recé un padrenuestro porque estaba seguro que agua no serviría. Luego de un par de días, el ruido se fue. Mi abuela estaba convencida de que el agua bendita había ahuyentado a los malos espíritus.

Estuve tentado de decir la verdad, pero me daba vergüenza, además de que me iban a regañar y probablemente a castigar. La abuela guardó de nuevo el agua en su ropero. 

Nos volvimos a olvidar del agua hasta que un día a mi hermana le dio fiebre. Después de dos días de no mejorar, mi abuela le mojó la frente con el agua que solo yo sabía que no era bendita. Al siguiente día mi hermana estaba jugando de nuevo con las muñecas.

Mi conciencia casi explotaba porque yo quería confesar que el agua en realidad no era bendita, pero de nuevo preferí no decir nada.

Un día mi mamá llegó a casa con la noticia de que la habían despedido del trabajo. Quiso poner su mejor cara, pero yo vi que estaba muy preocupada. Le escuché decirle a mi abuela que tenía pocos ahorros y la abuela respondió que ya encontraría algo nuevo. Al día siguiente la encontré llorando en la cocina, y al verme se limpió las lágrimas y me dijo que no me preocupara. 

La abuela sacó de nuevo el agua y decidió bendecir toda la casa, habitación por habitación, para que mi mamá lograra conseguir trabajo de nuevo. Rezamos un padrenuestro y un avemaría. Esa vez ya no pude seguir con el secreto. El agua no era bendita y no serviría y mi mamá no encontraría trabajo. Aproveché que mi abuela se fue a la iglesia y le confesé a mi mamá que había tirado el agua bendita y que lo sentía mucho, que no lo hice de intención y que no quería que por mi culpa no pudiera conseguir un nuevo trabajo.

Yo esperaba una gran regañada pero mi mamá sólo me abrazó. Me dijo que no había nada que perdonarme, que probablemente la botella estaba bendita y el agua que yo le había echado del chorro también lo estaría. Me sentí aliviado y le dije a mi mamá que la quería mucho.

Un par de meses después consiguió un nuevo empleo. Con el pago de la primera quincena compró una pizza, la que tiene piña, mi favorita. Mi abuela dijo que estaba segura de que el agua bendita había funcionado de nuevo. Mi mamá me miró y sonrió conmigo.

José Joaquín

Soy José Joaquín y publico mis relatos breves en este sitio web desde 2004. ¡Muchas gracias por leer! Gracias a tus visitas este sitio puede existir.

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