A Carlos le toca trabajar desde su casa por la pandemia mundial. Hace calor y está molesto por la bulla de sus hijos y los pendientes del trabajo. Su esposa tuvo que salir para una reunión mensual de su trabajo. Para descansar un poco del trabajo va a las redes sociales y es peor, mira a la gente cómo sale a la calle cuando el gobierno y el mundo aconsejan lo contrario.
Silvia, la señora que hace la limpieza toca el timbre. El oficinista sale y le dice que ya está tarde que qué está pasando. Silvia le contesta que le costó conseguir transporte porque el transporte público urbano no está funcionando. Molesto pero sin poder contestar ante una respuesta tan lógica no dice nada más.
Carlos no se explica por qué la gente no hace caso de no salir a la calle. Por qué no pueden hacer un esfuerzo. A él, que trabaja desde los 16 años, cuando trabajó como vacacionista en la tienda de su tío, nadie le ha regalado nada.
Le pide un café a Silvia. Ella lo prepara rápidamente y se lo lleva. Apenas le agradece porque está viendo cifras en la computadora. Las ventas están algo lentas, pero siguen porque su empresa fabrica alimentos, así que sigue funcionando.
Se queja en voz alta de la ineficiencia de sus compañeros. Hay un informe que debió estar listo hace una semana y el encargado no lo ha enviado. Le envía un email para reclamar el informe y lo hace con copia a todo el departamento y a gerencia general. Es inaudito la ineficiencia.
En otra pausa para terminar su café, mira un mercado lleno de gente. Pero cómo es eso, qué hace esa gente. Silvia está barriendo su oficina y le comenta que ella fue ayer a ese mercado porque solo ahí logra encontrar buenos precios. Carlos se voltea y le dice que por qué no está usando mascarilla. Rápidamente busca una en su escritorio y se la da, un poco asustado y algo molesto con Silvia.
Ella se la pone y sonríe, porque ella no va a ese mercado.
Uno de los hijos de Carlos atiende su clase en línea, pero la conexión no es buena, se interrumpe a cada rato y apenas se entiende algo. Aburrido, se desconecta y piensa que por la tarde verá el video ya grabado. Tampoco puede ver Netflix porque su padre se lo ha prohibido para no tener problema de conexión en su trabajo.
Carlos cuadra gastos de la empresa y envía el reporte. Le costó porque habían unas facturas que no habían sido tomadas en cuenta.
Para el almuerzo come rápido, ve un noticiero en la tele y regresa a su oficina a trabajar. Les pide cariñosamente a sus hijos que por favor no griten porque él tiene una importante reunión virtual con su departamento y gerencia general.
Cuando se conecta a la reunión discuten algunas medidas que van a tomar para agilizar los trámites en estos tiempos de pandemia. El trabajo desde casa tiene sus ventajas y desventajas pero se deben establecer horarios y nuevos métodos para seguir trabajando.
Tocan por último el tema del informe pendiente por el que él envió email a todo mundo. La persona encargada del tema menciona que para terminar su informe necesita los cuadros contables que Carlos no ha enviado. Carlos se queda mudo porque es verdad. A él se le olvidó enviar los cuadros contables. Se tiene que disculpar ante la persona y ante todo el personal. La pasa mal.
Al salir de la reunión le grita a sus hijos que por qué gritan tanto al jugar con la play. Tenía la intención de salir a la tienda del barrio a comprar una cocacola, pero se acuerda del toque de queda y patea furioso al aire.