Había una vez una ciudad llamada Hamelin que tenía un grave problema con ratones. Los habitantes de la ciudad intentaron todo lo posible para deshacerse de ellos, pero nada parecía funcionar.
Un día, un flautista llegó a la ciudad y ofreció resolver el problema de los ratones por una suma de dinero. Los habitantes de la ciudad aceptaron y el flautista comenzó a tocar su flauta. Los ratones salieron de sus agujeros y siguieron el sonido de la flauta hasta el río, donde se ahogaron.
Los habitantes de la ciudad pagaron al flautista, pero no le dieron todo lo acordado. Pronto descubrieron que también había desaparecido un gran número de niños de la ciudad. Se decía que el flautista había llevado a los niños con él como venganza por no haber cumplido su promesa de pagarle el dinero prometido.
Los habitantes de la ciudad buscaron por todas partes, pero los niños nunca fueron encontrados. Se decía que el flautista los había llevado a una montaña mágica donde vivían felices para siempre.
La moraleja de esta historia es que es importante cumplir con las promesas y cumplir con los acuerdos. También muestra la importancia de ser cuidadoso con extraños y no confiar en ellos fácilmente.